Psicología, UNMSM
Facultad de Psicología
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

COMPARTIR Y MALENTENDER

Stefano Bolognini

 

A partir de los años 50, la literatura sobre el estudio psicoanalítico no sólo se ha ocupado de describir lo que ocurre en el paciente sino también en la aptitud interna del analista en su trabajo.

La experiencia compartida es la meta más valorada en el psicoanálisis actual. La mente del paciente se conforma y se organiza cuando el analista consigue realizar su función con competencia y humanidad.

Ahora, los psicoanalistas están más propensos a compartir el campo intersubjetivo y tener menos temor a aplicar la emotividad en la sesión. Hay menos resistencia a transformarse junto a los pacientes en vez de dar un sentido inteligible a las cosas.

Para el autor, la literatura no aborda en su totalidad la complejidad y riqueza de la practica analítica porque el material clínico presenta al profesional en momentos y en ejes clínicamente poco estéticos y de difícil enmarcación desde el punto de vista teórico. Agrega que las modalidades en las cuales se logra una sintonía con el paciente tiene muy poco de la voluntad del terapeuta.

Así, muchas vivencias compartidas entre paciente y profesional han sido posible cuando el analista ha perdido el eje, la maestría y el buen estilo, pero no el respeto por el psicoanálisis.

            El campo compartido puede comprender, a veces, áreas sobre las que ni el analista ni el paciente sospechaban de su existencia antes de constituirse en una experiencia directa. En otras oportunidades, sí es un campo conocido pero la fuerza con la cual cierta vivencia exige ser experimentada es nueva.

            Mostrando el caso de una paciente de nombre Sara, quien al inicio de la sesión se quejaba con el terapeuta de que nunca la comprendió ni tuvo un auténtico contacto, se indica que sólo se sintió bien cuando el profesional pensó que la terapia había acabado y se sintió dolido, fracasado y amargado como ella. Se vive, entonces, una experiencia de compartir lo que parece haber concedido la posibilidad del pasaje de la transferencia a la relación.

 

El hecho de compartir

Hay personas que no sólo tiene necesidad de estar informadas acerca de su vida interior, sino que deben ser ayudadas a tener experiencia de ellas, para lo cual se utiliza la relación y la convivencia mental con el analista.

El profesional debe ser una personas suficientemente capaz de sentir y pensar junto con el otro ser humano, interesarse en suscitar y en hacer crecer en el otro una vida mentalmente rica, respetando la originalidad del desarrollo.

El compartir profundamente las experiencias emotivos no puede ser decidido por el analista, sino que sólo puede permitirse estar más o menos advertido de la inevitabilidad así como de la imprevisibilidad del tal acontecimiento.

Se considera al compartir como un precursor de la compresión empática, que ocurre cuando las cosas van particularmente bien y se logra el éxito integrador maduro del proceso de comprensión.

            Compartir una emoción ocasional puede ser experimentado por paciente y analista con un modo demasiado intenso o conflictivo, lo que puede originar resistencias  y malentendido.

            Se deben compartir también las cosas de las que el analista no se da cuenta pero que vienen del mundo interior del paciente y que deben ser experimentadas por el profesional de un modo auténtico e intenso.

 

El malentendido

Bolognini define el malentender como un no entender, no entendiendo que no se está entendiendo y creyendo sin embargo entender. En general es de por sí un suceso negativo disfuncional, y su resultado más grave es que origine una relación crónica inadecuada o incluso perversa.

Sin embargo, anota dos casos en los que se puede hablar de malentendido benignos. El primero cuando paciente y analista no se dan cuenta de que no se entienden pero aprovechan sin saberlo imágenes ideales del otro para los fines del trabajo analítico.

El otro caso es cuando un fuerte y prolongado malentendido es necesario para llegar de un modo inverso a la crisis reclamada de una configuración relacional.